18 de junio de 2014

PREFERENTES, ESTAFA Y ¿CORRUPCIÓN?





El Juez Andreu sigue liado con el tema de las preferentes, concretamente con las colocadas por Bankia, la Fiscalía Anticorrupción le ayuda y esto último me descoloca un poco. En pocas palabras lo que ha sucedido con las preferentes ha sido una estafa, con mayúsculas pero una estafa, llevada a cabo por estafadores sin escrúpulos, sinceramente no veo por ningún lado donde encajar el término corrupción, máxime si tenemos en cuenta que Bankia en el momento del engaño era una entidad totalmente privada al igual que sus filiales y su matriz. Por tanto para mi los responsables del asunto son simplemente unos delincuentes, de guante blanco pero delincuentes y además carentes de cualquier escrúpulo dada la condición humilde de la inmensa mayoría de los estafados. Otra cosa es que los estafadores además trincaran parte del botín obtenido vía gratificaciones, pensiones o indemnizaciones pactadas a media luz, una vez que el fantasma de la quiebra tomaba cuerpo, pero entiendo que ese es otro tema.

Toda estafa está soportada por el engaño, en este caso el engaño consistía en hacer creer a los suscriptores en la existencia de algo que en realidad nunca existió y ese algo era la liquidez de los títulos que literalmente compraban. Así, después de que el empleado de turno les hubiese colocado sus ahorros en preferentes y haberles garantizado que en cualquier momento podrían recuperarlos, los desde entonces preferentistas salían de las oficinas de Bankia no solo confiados, además agradecidos por haber sido elegidos entre la clientela para ser favorecidos por una inversión muy segura, rentable y que en palabras de los diligentes directores de oficina era tal su demanda que habían tenido que seleccionar su colocación entre los clientes más importantes, otro engaño más. Luego, cuando todo saltó por los aires se dieron cuenta de que lo que hizo Bankia fue colocar sus estampitas a los clientes más confiados y al mismo tiempo más ajenos a cualquier posibilidad de saber con exactitud que es lo que estaban comprando, hasta tal punto esto es así que aún hoy la inmensa mayoría de los estafados siguen sin saber realmente lo que les colocaron.

A todos se les explicó que era "la caja" la que garantizaba la liquidez de las participaciones, el retorno en cualquier momento de la inversión, pero hubo tres cosas que ningún director de Bankia les dijo a sus clientes a pesar de que, a no ser que fuesen unos perfectos incompetentes, ambas cosas eran de sobra conocidas por ellos.

La primera fue no explicarles que la pretendida liquidez, el retorno íntegro del capital invertido dependía de las fluctuaciones del mercado secundario, un mercado que permite el cambio de mano de los títulos, un mercado que Bankia ni controlaba ni controla y que como después se vio fijó el valor de las participaciones en 0,00 euros. Tampoco Bankia quiso recomprar los títulos por su valor nominal echando por tierra las promesas efectuadas en el momento de la suscripción en el sentido de que Bankia garantizaba la liquidez, para entendernos se negaba a devolver el dinero culminando así la estafa..

La segunda consistió en no advertirles con toda claridad de que los títulos que suscribían carecían de un vencimiento fijado, no obstante en alguno títulos si se incluyó una fecha de vencimiento pero ....en el año 9.999.

La tercera fue no informarles con toda claridad de que en caso de quiebra de Bankia la devolución de los importes suscritos se situarían por detrás de los depósitos, los créditos privilegiados y ordinarios y los bonos, obligaciones y pagarés, deuda senior y deuda subordinada, y solo por delante de las acciones ordinarias (de aquí su engañoso calificativo de preferentes).

Las tres informaciones anteriores las sabían o la debían saber los empleados de Bankia y fueron ocultadas sistemáticamente a sus victimas. Una ocultación si se quiere exenta de mala fe ya que muchos de ellos desconocían la realidad de la situación económico-financiera de la Caja, una situación que las preferentes paliarían pero que no evitó su quiebra, pero en cualquier caso una ocultación interesada totalmente reprobable y condenable dados los gravísimos perjuicios causados.

Parece sencillo llegar a la conclusión de que lo de las preferentes es una estafa en toda regla, extremo que que la justicia ya tendrá suficientemente claro, espero, otra cosa es que sea posible identificar a los responsables y tipificar su delito de forma individual. Dado el volumen y la forma en que se ha llevado a cabo el crimen sería conveniente recordar un curioso caso de asesinato en el que los asesinos deciden asesinar a su victima envenenando su bebida y a tal fin preparan seis frascos iguales en los que en uno solo de ellos hay veneno, sin saber cual es el frasco que lo contiene cada uno toma un frasco y de el deposita una gota en la bebida de la victima. Ni entre ellos mismos saben quien vertió el veneno y por tanto quien fue el asesino, la mano ejecutora. La justicia investigó y les condenó a todos como autores del crimen, como no podía ser de otra manera. En esto de las preferentes también todos son culpables, los que fabricaron el veneno, los que llenaron los frascos y los que vertieron la gota asesina.

Realmente sigo sin saber que tiene que ver esto de las preferentes con la corrupción a no ser que sea la moral y esta creo que no figura como delito en el Código Penal. Los fiscales sabrán, pero a mi me sorprende y hasta me preocupa.

Benito Sacaluga




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