30 de marzo de 2015

LOS COTILLEOS DE BONO



José Bono, Pepe para los amigos, acaba de publicar otro libro. Dado su contenido es posible que las librerías tengan problemas a la hora de decidir en que sección lo colocan. De momento lo han puesto en los escaparates, justo al lado de "La canción de Roldán" , última publicación de Sánchez Dragó, un libro el de Dragó que trata, sin conseguirlo, de humanizar a un chorizo sin escrúpulos. Un maridaje perfecto el de Bono con Luis Roldán, dos socialistas que nunca lo fueron, ni lo son, otra cosa es que ambos fueran o sean militantes del PSOE.

El panfleto de Bono no pasa de ser una colección de chismes de pasillo y despacho. Dice Bono que todo lo que cuenta es verdad y yo me lo creo, Bono no sería capaz de dar forma a una historia de ficción ni con la ayuda de diez "negros". Pero a estas alturas de la película el relato de Bono ya sirve para poco, más bien para nada. Que nos cuenten ahora los dimes y diretes que se cocían hace 11 años en el gobierno de Zapatero, ya no podemos hacer nada salvo indignarnos, tiene tanto o menos interés que la biografía de Jaime Peñafiel.

Lo que si hubiera estado bien es que Bono nos hubiera contado con detalle las razones por las que vulneró la legislación sobre incompatibilidades que él mismo aprobó en 1997, siendo presidente de Castilla-La Mancha, para montar en 2001 la hípica familiar que se levantó a las afueras de Toledo, "Hípica Almenara", sociedad de la que el ex ministro ostentó el 80 % del capital social, dedicando parte de los beneficios obtenidos a la compra a titulo personal de un apartamento en El Campello (Alicante), por el que pagó 360.000 euros. Beneficios obtenidos en buena parte gracias al patrocinio de Banco Santander, Endesa, Porcelanosa, Beatriz Hoteles, Mahou, Coca Cola, Telefónica, Iberdrola... Por otro lado fue  Francisco Hernando, El Pocero, quién ejecutó las reformas en la finca y declaró en su momento que no cobró directamente de los Bono, sino de los patrocinadores. Recordemos que El Pocero pegó un gran pelotazo inmobiliario (12.000 viviendas) en Seseña (Toledo), población y provincia pertenecientes a la Comunidad de Castilla-La Mancha, de la que Bono fue presidente.desde 1983 hasta 2004. También podría aclarar con detalle las operaciones de compra-venta de caballos a través de su amigo, el también promotor inmobiliario, Rafael Santamaria (Reyal), compras pagadas con billetes de 500 euros envueltos en papel de periódico.

También, y aunque fuera en el epílogo, podría darnos cumplida cuenta de la conversación que mantuvo en su casa con Pablo Iglesias, reunión a la que asistió Zapatero, pero este asunto lo deja para su próximo libro. Ahora la prensa alerta de que varios "socialistas" de la órbita de Bono y Zapatero están llamando a la puerta de Podemos para que les hagan un sitio en sus listas, un acercamiento que justifican ante el marcado carácter socialdemócrata que estos viajeros atribuyen ahora a esta formación, olvidando que hasta hace solo unos días la calificaban de radical, comunista de viejo cuño y peligrosamente bolivariana.

Por otro lado, la campaña publicitaria para promocionar el libro en cuestión ha sido espectacular. Radio, televisiones. prensa impresa y digital, desayunos, comidas y cenas... que contaron con la asistencia de "personalidades" de la política española, como si de un hito literario se tratase. Bono manifiesta que en la publicación de este libro no le mueve ningún interés económico, que lo hace por la satisfacción que como autor del mismo le produce que su obra se lea. Si esto es así, lo que debería haber hecho Bono es publicar su obra en internet en plan gratis total, en lugar de a través de Editorial Planeta al precio de 23,50 euros, un precio que triplica el de "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", perdón por la comparación.

Dice Ramón Perelló, el editor de Bono, que "el libro es todo un manual para el ejercicio del poder", y lo dice sin pestañear. Después de oír esto la totalidad de los trepas de la política española habrán corrido a la librería para hacerse con un ejemplar, para después llevar a cualquier librería de viejo las obras de  Nicolás Maquiavelo, no sin antes haber escrito en la primera página del libro de Bono una frase atribuida al filósofo florentino: "El fin justifica los medios".


Benito Sacaluga






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